Argumento

Bibiana Lawrence y Noa Johnson eran dos buenas amigas que se separaron a causa del divorcio de los padres de Noa y del traslado de esta con su madre a París. Años después vuelven a encontrarse en el privado, estricto y tradicional colegio AYLAN COLLEGE. Un fin de semana en que los alumnos pueden ir a casa, Noa y Bibi se quedan en el colegio porque sus padres no pueden quedarse con ellas. Para entretenerse, ayudan en el huerto del colegio y cuando van a buscar la herramientas al sótano encuentran el secreto más bien guardado desde hace 30 años. A partir de entonces tendrán que investigar el porqué de muchas preguntas sin respuesta y obtendrán la ayuda de una nueva amiga, “Evelin Withe”. ¿Que hizo el fundador del colegio hace 30 años? ¿Qué relación tienen los profesores con el misterio?

sábado, 28 de julio de 2012

CAPíTULO 6: LA LLAVE

Por fin nos hemos enterado mas o menos de como va el blog, y hemos podido añadirnos a todas las que formamos el blog! Solo falta que Esther acepte la invitación :)
Las tres protagonistas están basadas en nosotras tres:
Alba-Bibiana
Noa.aylan-Noa
Esther-Evelin
Estos días no hemos estado todas, así que no hemos podido escribir mucho, pero por fin hemos acabado el capítulo 6 y el 7 está empezado así que ahora colgaremos el 6 y dentro de poco el 7. Esperamos que os guste el capítuloo y sentimos el retraso :)


Estamos en el pasillo, Andrew se dirige al director y no se con que excusa consigue sacarlo de allí.
- Esta es la nuestra Noa.
Entramos en el despacho y Bibi empieza a buscar por la mesa del director. Yo prefiero vigilar en la puerta.
- Aquí no está.
- ¿Has mirado en los cajones?
- Sí, en todos.
- Espera, déjame a mi. - Paso la mano por debajo del escritorio y noto un pequeňo bulto. - ¡Aquí está!
- ¿Cómo se te ha ocurrido mirar ahí?
- Series policíacas, para que luego digan que la tele no enseña nada. - Nos empezamos a reír. De repente oímos a Black i al director.
- Vamos, tenemos que irnos ya.
- Sí. - Justo al salir el director se acerca.
- Seňoritas, ¿qué hacéis aquí?
- Perdone seňor director, veníamos a preguntarle si hay algo en lo que podamos ayudar con el huerto. - Menos mal que Bib está aquí porque yo no se mentir.
- No, muchas gracias, el otro día ya hicisteis mucho.
- De acuerdo, entonces vamos a dar una vuelta.
- Bien, pero no arméis  mucho alboroto. - Dice y se aleja.
- ¿Lo habeis conseguido?
- ¿Responde esto a tu pregunta? - Le enseňo la llave.
- ¡Genial! ¿Ahora podeis decirme para que sirve?
- Lo siento pero eso ya es información confidencial.
- Tenía que intentarlo... Por cierto, me debes un combate Bibiana.
- Cierto, cuando y donde quieras.
- Perfecto, pero no llores cuando te gane. - Le giňa el ojo.
- No te preocupes por eso porque, no ganarás, pero me gusta tu confianza.
- Lo mismo digo. - Los dos se sonrojan.
- Bueno os dejo solos, tengo cosas que hacer... - Digo disimuladamente para dejarlos a solas.
- ¿Qué? ¿Que tienes que hacer? ¡Es fin de semana!
- Lo sé, pero... tengo que... terminar unos deberes...
- ¡Pero si los acabaste todos el viernes!
- Ya pero me olvide de un trabajo...
- ¿Que trabajo?
- Uno... Bueno me voy, luego nos vemos ya sabes donde, no tardes, hasta luego Black.
- Hasta luego Johnson- dice intentando no reírse, me da a mi que se ha dado cuenta de lo que estoy haciendo, Bibi me va a matar pero si ella no hace nada tendré que hacerlo yo.
Me alejo por el pasillo hacia el sótano dejándolos solos y sintiendo la mirada asesina de Bibi. Bajo las escaleras del sótano y me quedo sentada en el último escalón escuchando música del ipod que me regaló mi padre antes de irme. Diez minutos después escucho abrirse la puerta a mis espaldas, me giro pensando que es Bibi pero en vez de a ella me encuentro al director. Corro sin hacer mucho ruido y me escondo tras unas cajas con material escolar. Veo como el director se acerca a la puerta secreta, aparta la sábana y busca las llaves en todos los bolsillos de su traje. Como no las encuentra empieza a ponerse histérico, pero se obliga a tranquilizarse y sale del sótano. Como Bibi no venga pronto tendremos que aplazar la expedición...

***

Veo como Noa se aleja por el pasillo en dirección al sótano. En cuanto vaya para allá voy a decirle cuatro cosas que no creo que le gusten.
- Entonces, ¿el jueves por la tarde?
- ¿Como?- Estaba pensando en las mil formas de matar a Noa y no me he enterado de lo que ha dicho.
- El combate. ¿Qué te parece el jueves?
- Pero si el jueves no toca boxeo.
- Por eso, aunque si quieres público, a mí me da igual...
- ¡No! Está bien. ¿El jueves a las 6?
- Perfecto. Me voy que yo si que tengo que terminar un trabajo. - Dice riéndose.
- Si, yo también tengo que irme... Pues nos vemos el martes.
- Claro - Dice acercándose a mí, lo tengo justo delante, mi corazón va a mil, entonces cuando creo que me va a besar en los labios, como si se arrepintiera gira la cabeza y me besa la mejilla - Hasta entonces.
- Adiós - digo sonriéndole sin poder evitarlo.
Veo como se aleja, podría quedarme así, contemplándole durante horas pero recuerdo que he quedado con Noa en el sótano. Doy media vuelta y salgo corriendo. Cuando llego y abro la puerta no veo a nadie. Bajo en silencio las escaleras, con el crujir de los escalones de fondo. No veo a Noa.
- ¿Noa? ¿Dónde estás?
- ¿Bibi?- Escucho a mi izquierda y veo a Noa salir de detrás de unas cajas.- Por fin has llegado.
- ¿Encima me dices que he tardado? ¡Eres tú la que me a dejado sola con Andrew!
- No grites.- me dice bajando la voz - Admitelo si no lo hacía yo, tú no habrías hecho nada. Además ahora tenemos cosas más importantes que hacer que hablar de Andrew, eso lo dejamos para después.
- No intentes escaquearte, te vas a enterar que lo sepas...
- ¡Bibi, el director ha estado aquí y se ha puesto histérico porque no encontraba las llaves! Como nos pille estamos muertas, tal vez deberíamos dejarlo para otro momento, cuando esté más tranquilo...
- No, ahora es justo cuando tenemos que entrar, si se vuelve a dar cuenta de que le faltan las llaves otra vez sí que sospechara. Es ahora o nunca.
- De acuerdo.
***
Nos acercamos a la puerta y apartamos la sábana. Saco las llaves del bolsillo y la abro. Bajamos las escaleras hasta llegar a la siguiente, busco la llave y la abro. Seguimos así hasta que llegamos al metro. Sigue igual que la última vez. Todo vacío. Nos acercamos al metro y como la última vez las puertas se abren automáticamente y se cierran cuando ya hemos entrado. Caminamos hacia la cabina. De nuevo está vacía, sin botones ni mandos... Solo una cerradura. Saco la llave que se supone pondrá en marcha el metro. La introduzco en la cerradura y empiezo a girarla. Le doy tres vueltas y por fin suena un click. De repente el metro empieza a moverse, no lo vemos venir y nos tambaleamos, como no acabo en el suelo, pero por una vez no soy la única, Bibi también se ha caído.
Nos levantamos a duras penas sujetandonos al panel donde se encuentra la cerradura. Pocos minutos después el metro se detiene, no pasa nada, nadie llega. Parece que esto esté desierto. Salimos de la cabina por la puerta del primer vagón. Nos encontramos en otra estación. Aunque es idéntica a la primera aquí hay una puerta en la pared contraria a la de la primera. Si no llega a ser por eso hubiera pensado que no nos hemos movido de la estación.
Vamos hacia la puerta y la abrimos. Un largo pasillo oscuro. Unos minutos después nos encontramos con otra puerta. La abrimos y vemos algo que nunca hubiera pensado que estaría debajo de un instituto.
- Es como una ciudad...
- Que raro... Vamos a dar una vuelta?- dice Bibi.
- ¿Por qué no? Una ciudad es algo bastante importante... y supongo que implica a todo el Aylan, ¿no crees?
- Eso mismo pienso yo...- Responde con una sonrisa en la cara.
Empezamos a caminar, cruzamos unas cuantas calles sin ver a nadie, está desierto al igual que la estación, pero de repente escuchamos una voz a nuestras espaldas.
- ¡Vosotras! ¿Qué hacéis aquí? - Es la voz de un chico.
Me giro y lo veo, es el chico borde de las escaleras. Me quedo paralizada, ¿qué hace aquí?

miércoles, 4 de julio de 2012

CAPíTULO 5: LA BÚSQUEDA SIGUE


Hoy es un gran día. Después de hacer la transferencia por fin puedo entrar en Aylan College. Ahora mismo me dirijo a dirección para que me digan la habitación.
- Buenos días señor Tyler.
- Buenos días. Venía para saber la habitación que me ha tocado.
-¡Ah sí! Le ha tocado en la 87 junto a su compañero Black. Sólo serán ustedes dos ya que el resto de habitaciones están completas y hay que cubrirlas todas.
- Entendido, no hay problema. Gracias por todo.
- Un placer.
¡Genial! Solo tengo que compartir habitación con otro chico, más espacio para mis cosas..
Esto es muy grande y no logro encontrar mi habitación. Voy a preguntarle a ese chico que ha ahí parado.
- Perdona, ¿sabes dónde está la habitación 87?
- ¿La 87? ¿Seguro?
- Sí, ¿hay algún problema?
- No, ninguno.... Espera, ¿eres Austyn?
-´¿Cómo lo sabes?
- ¡Soy Andrew! ¡Tu compañero!
- ¿En serio? ¡Vaya que coincidencia!
- Vamos, deja que te enseñe la habitación.
Empezamos a subir las escaleras y al fondo del todo veo la habitación. Debo admitir que me alegra saber que Andrew es mi compañero, seguro que nos llevamos bien.
- Aquí está, esta es nuestra habitación. No es muy grande pero te acostumbraras.
- No, no. Está muy bien.
- Me alegro que te guste. Adelante, guarda tus cosas.
- Claro, ya se me había olvidado. - Nos empezamos a reír.
- Dime Austyn, ¿por qué has venido al Aylan? ¿Te han obligado tus padres como a mi?
- ¡Al contrario! Mis padres no querían que viniera.
- Pues entonces no encuentro otro motivo para meterse aquí.
- Sí que lo hay, al menos hasta ahora lo había.
- ¿Cómo?
- Verás, se trata de una chica... He venido desde Miami para estar con ella pero, cuando la he visto, ella no me ha reconocido... - Me dan ganas de ponerme a llorar, pero no lo haré.
- Tío... lo siento mucho... no tendría que haber dicho nada.
- No te preocupes, todo está bien, haré que me recuerde como sea.
- ¡Así se habla! Venga salgamos de aquí que te presentaré algunos amigos.
- ¡Claro!

***

Tres meses, una semana y siete días. Tengo miedo. Desde hace dos días seguidos que no paro de escuchar a chicas gritar, ¿qué está pasando? No quiero ser la próxima, lo único que me mantiene tranquila son las voces. Miento. Lo único que me mantiene tranquila es el nombre que me dicen las voces: Austyn. No entiendo por qué, pero cuando lo escucho me siento segura. ¿Quién es él? ¿Por qué me transmite tranquilidad su nombre? Esto cada vez es más extraño...

***

Desde que vimos lo del sótano Bibi no deja de pensar en cómo quitarle las llaves al director. Yo sigo creyendo que no es una buena idea pero es inútil intentar convencerla. Tengo que admitir que siento curiosidad por saber a dónde lleva ese tren y por qué esta aquí. Mañana es lunes, y poco a poco van llegando los alumnos del colegio. Estamos en el patio y  vemos que Andrew y un chico se acercan a nosotras con paso tranquilo. Como estamos en fin de semana nos dejan juntarnos chicos con chicas.
- Bibiana, Johnson, ¿Que haceis por aquí?
- Estamos dando un paseo, ¿quien es tu amigo?
- Este es Austyn Tyler.
- Un placer chicas.
- Lo mismo digo. Yo soy Bibiana Lawrence.
- Y yo Noa Johnson.
- Austyn es nuevo en Aylan, así que le estoy enseñando todo.
- Vaya, uno nuevo, yo también llegué hace poco. - Aunque parece que lleve aquí mucho tiempo. - Seguro que te acostumbras como yo.
- Eso espero. - Nos empezamos a reír todos. - Oye... ¿os puedo preguntar una cosa?
- Claro, ¿qué pasa?
- ¿Conoceis a una tal Evelin Withe?
- Sí, es nuestra compañera en clase, ¿por qué?
- ¿Os ha parecido extraña en algún momento?
- La verdad es que sí, bastante. - Respondo sin pelos en la lengua. - ¿Es que la conoces?
- Hasta hace unos días sí...
- ¿Cómo? ¿Es que os habéis peleado?
- Ojala... - Su cara ha cambiado de repente.
- Andrew, ¿qué pasa? No me entero de nada.
- Verás... Cuando Austyn vió a Evelin, ella le dijo que no sabía quien era.
- ¿En serio? Lo siento... - Bibi se siente culpable por haber preguntado, lo sé. Y al parecer no soy la única que lo ha notado.
- Tranquila Bibiana, yo también le pregunté, no te sientas culpable.
- Oye Tyler, ¿qué relación teníais ella y tu?
- Pués... Nos conociamos desde el colegio, éramos muy amigos...
- Bueno chicas, nosotros ya nos tenemos que ir.
- ¡Espera!
- ¿Qué pasa Bibiana?
- ¿Puedo hablar contigo a solas? Es sobre una cosa del... - Antes de que diga nada más la interrumpo.
- ¡Bib! ¿No se lo irás a contar?
- Quizás él nos pueda ayudar.
- ¡Ni hablar! ¡Dijimos que sería nuestro secreto!
- ¡Lo se! Pero solas no podemos conseguirlo.
- Pero no hace falta que se lo cuentes, solo pide ayuda y ya esta.
- Chicas, ¿qué pasa?
- Ven conmigo. - Le agarra del brazo y se lo lleva a una zona  alejada.
- Johnson, ¿puedo saber qué pasa?
- Solo parte de ello.

***

Necesitamos la ayuda de alguien y en estos momentos sólo me puedo fiar de Andrew.
- Vale, ya estamos suficiente lejos.
- Oye, ¿me vas a decir qué pasa?
- Verás, ¿recuerdas que ayer Noa y yo fuimos al sótano?
- Sí.
- Pués resulta que en el sótano hay algo más que herramientas.
- ¿Qué quieres decir?
- No te lo puedo explicar todo, pero necesitamos una llave para una cosa.
- ¡¿Cómo?
- Como lo oyes.
- Pero... ¿dónde esta la llave?
- En el despacho del director.
- ¿Y qué se supone que tengo que hacer?
- Pues... Entretener al director para que Noa y yo podamos robar la llave, sencillo, ¿verdad?
- ¡¿Que?! ¡Estas loca!
- Por favor... Eres el único que nos puede ayudar...
- Esta bien... Pero entonces... ¡tendrás que luchar contra mí el próximo día en boxeo!
- ¡Claro! ¡Claro! ¡Sabía que podía contar contigo!

martes, 3 de julio de 2012

CAPíTULO 4: UN DESCUBRIMIENTO INESPERADO


Bibi y yo acabamos de descubrir una puerta secreta en el sótano. No me apetece mucho entrar pero sabiendo lo cabezona que es Bib no voy a discutir.
La puerta ya está abierta. Ella entra primero y yo después. Hay unas escaleras y todo está oscuro. No consigo ver el final.
- Oye... deberíamos volver... Esto está muy oscuro.
- No te preocupes, no pasará nada. - Me sonríe pero no consigue calmarme del todo.
Continuamos escaleras abajo y sigo sin ver el final. Cuando estoy a punto de salir corriendo Bibi me agarra la mano y me señala otra puerta.
- Bib vamonos...
- De eso nada, estamos a mitad de camino. Vamos dame las llaves.
Le doy el llavero y tras probar unas cuantas veces encontramos la llave. Abrimos y lo único que hay son más escaleras. Continuamos bajando.
- ¿Qué crees que encontraremos Noa?
- No lo se... Pero espero que sea bueno.
Cinco minutos después de bajar y bajar hay otra puerta.
- Oye, sea lo que sea lo que haya aquí escondido debe ser muy importante para tener tanta seguridad.
- Bibi vámonos, nos vamos a meter en problemas y no sabemos que hay ahí detrás.
- Espera, a través de la cerradura puedo ver algo. Hay muchas luces. Vamos dame las llaves otra vez.
-Bibi no  creo que sea buen idea.

-Tranquila seguramente será un cuarto lleno de vino, donde el director viene a emborracharse todas las noches, por eso estaba tan nervioso antes.
Su comentario me hace reir, y consigo relajarme.
-De acuerdo, pero echamos un vistazo y nos vamos. Tengo cosas mejores que hacer que hacer de espía contigo.
-Reconoce que te encanta- dice sonriendo.
-No es verdad...-digo riéndome, la verdad es que me gusta, de vez en cuando es divertido hacer este tipo de cosas.
- Toma las llaves. - Se las doy y empieza a buscar.
- Es esta.- Se abre la puerta.

***

¿Un metro?, ¿Una estación de metro?, ¿Qué hace aquí?. Todo esta desierto. Las paredes y el suelo son blancas y las luces son de un blanco intenso. Allí quieto hay un metro todo blanco sin nadie dentro.
- ¿Qué es esto?- me pregunta Noa
- No tengo ni idea, ¿A donde llevará el metro?- me acerco un poco más a la estación.
Noa me agarra de la camisa.
- Esto no está bien, no tenemos ni idea de que es esto, ni si es seguro. Y como alguien nos pille estamos muertas...
-¡No empieces otra vez! Ya que estamos aquí aprovechemos y veamos qué es esto y por qué el director esconde esto, ademas quien crees que va a venir aquí, si el director lo esconde tan bien no creo que lo haya visto nadie.

-¿No crees que si es tan secreto y importante como para que el director no lo haya enseñado a nadie no estará vigilado?  Si el director esconde esto, es por algo importante, no tendríamos que meter las narices.
- No había pensado en eso pero oye, ¿recuerdas aquella vez que tu no querías mirar el diario de Judith porque estaba mal? ¿Sí? Pues gracias a eso tuvimos pruebas de que estaba engañando a Marcos.
- Ya, pero no creo que el director esté engañando a su novia.
- Lo sé, pero, ¿si el director está escondiendo algo que concierne a todo el Aylan College, no crees que deberíamos descubrirlo?
- Ese argumento no tiene fundamento, no sabes si esto concierne al Aylan o no.
-Habrá que asegurarse, entonces.
Noa suspira pero sé que he conseguido convencerla. Caminamos hacía el Metro, cuando llegamos a la puerta se abre automáticamente y cuando ya estamos las dos dentro se cierran de golpe.
- ¿Crees que habrá alguien en la cabina?- me pregunta Noa
- Vamos a mirar
Cuando llegamos no hay nadie. Tampoco hay botones como en todos los trenes, tal vez, solo valla a una dirección en concreto. Me fijo en que hay una cerradura, seguramente una llave es lo que hace que este cacharro se mueva. Busco entre las demás llaves pero ninguna coincide.
- Ahora sí deberíamos irnos, aquí no hacemos nada. - Me dice Noa.
- De acuerdo, volvamos.
Mientras vamos subiendo hasta el sótano del instituto, vamos cerrando todas las puertas con llave. Cogemos las herramientas de jardinería y salimos.
- Creo que no le deberíamos decir esto a nadie - le digo a Noa.
- Tienes razón, tampoco deberíamos preguntarle al director.
- Vale, pero tenemos que descubrir donde tiene la llave del metro.
- ¡Bib! ¿Se la quieres quitar?
- Claro, tengo ganas de saber a dónde lleva. Pero por el momento devolveremos las llaves al director, hemos tardado mucho, después idearemos un plan.
Por el camino nos encontramos a Evelin, parece que este fin de semana no irá a su casa. Llegamos al despacho del director minutos después.
- ¿Porque habéis tardado tanto señoritas?- parece que se ha enfadado bastante.
Noa se a quedado en blanco, parece que de un momento a otro se desmayara.
- Es que no encontrábamos las semillas de girasol- miento- Johnson y yo habíamos pensado en plantar unos cuantos, si no le importa.
Parece que el director ya no esta tan enfadado.
- Me parece una buena idea.
- Muchas gracias director Adams.
Cuando salimos del despacho del director vamos hacia el huerto. Empezamos a trabajar cuando vuelvo a ver a Evelin.
- Hola chicas.
- Hola Evelin, ¿qué haces aquí?
- Estoy dando un paseo, ¿y vosotras? Antes os he visto por el sótano.
- Sí, es que estamos arreglando un poco el jardín.
- Vaya, que bien. A propósito, ¿no habéis visto nada extraño en el sótano?
-¿Algo extraño? No, ¿por qué?
-No por nada, pero hay gente que cuenta muchas leyendas del sótano aunque no hay que hacer caso, ¿no? - Se empieza a reír.
-Claro, ¿quién se cree esas cosas? - Dice Noa.
-Bueno me voy a mi habitación, nos vemos el lunes en clase.
-Claro, adiós.
-Adiós. - Cuando se aleja Noa me pregunta - ¿Crees que sabe algo del sótano?
-Sí, llevo mucho tiempo aquí y nadie ha hablado de leyendas del sótano.
- ¿Por qué no le preguntamos y así nos ayuda?
- Porque no me fio mucho de ella ni de nadie, aquí pasan cosas muy extrañas... Este será nuestro secreto, vale?
- ¡Claro! - Nos empezamos a reír las dos.

lunes, 2 de julio de 2012

CAPíTULO 3: COMPLICACIONES

Aqui teneis el capitulo 3! Sentimos mucho el retraso pero entre que no hemos estado todas en casa y el problema con el ordenador no se ha podido colgar antes, esperamos que os guste:D



El viaje ha sido un poco cansado, pero vale la pena hacer todo esto. He llegado desde Miami para visitar a la persona más buena y simpática que he conocido jamás. Todo empezó  cuando llegue a cuarto de primaria.

Yo solía ser un chico tímido y solitario así que después de que la profesora me presentara me senté al fondo de la clase, solo. Unos minutos más tarde llegó una chica corriendo, pidió disculpas por el retraso y se sentó a mi lado. Cuando me miró me echó una sonrisa y se presentó:
- Hola, me llamo Evelin.
- Yo soy Austyn...
- Tranquilo no seas tímido, seremos buenos amigos, lo prometo. - Y otra vez me echó esa sonrisa que curiosamente me alivió.
Desde que me dijo aquello ella cumplió su promesa y pasaba cada minuto del día conmigo, incluso los días que yo estaba enfermo venía a verme después de clase y viceversa.
Cuando terminamos primaria tuvimos que escoger instituto, y los padres de Evelin la apuntaron a Aylan College. Por desgracia yo no pude entrar ya que mi familia no se podía permitir el viaje y nos separamos hasta hoy, día en el que voy a entrar después de mucho esfuerzo y vamos a poder cumplir nuestra promesa.

***
Son las cinco, al fin me he apuntado a natación. Estoy en el pasillo, dirigiéndome a los vestuarios. Entonces me encuentro con el chico borde del otro dia. Anda como si nada por el pasillo de la parte femenina del instituto.
- Los chicos no pueden estar aquí.
-Y quien me lo va a prohibir, ¿tú?
-Eres imbécil. - Cada vez me cae peor.
-Gracias- dice con una sonrisa en la cara.
Lo miro con mala cara, refunfuño, algo que ni yo entiendo y sigo por mi camino. Llego a los vestuarios y para mi desgracia veo que Monique está en el equipo. La entrenadora me da un bañador y un gorro de natación. Me cambio y salimos a la piscina. Nuestra entrenadora, la señora Anderson, nos divide en dos equipos, por suerte no me toca con Monique. Es una carrera de relevos, tenemos que nadar toda la piscina salir y chocar la mano del siguiente. Me quedo la última de mi equipo, miro al otro equipo, tendré que nadar contra Monique, que está la última.
Empezamos empatando pero a medida que pasa la carrera vamos perdiendo velocidad y acabamos con el contrario delante. Para cuando me chocan la mano, Monique ya está en el agua. Me tiro y empiezo a nadar lo más rápido que puedo, a cada brazada siento como el agua me lleva, me impulsa. Escucho a mis compañeras gritar mi nombre,diciéndome que me dé prisa, pero todo eso está lejos, muy lejos, ahora solo estamos yo y el agua, nadie más. Segundos después mi mano choca la pared. Salgo a coger aire y veo como mi contrincante llega a la pared segundos después de mí. He ganado, todos gritan mi nombre, me felicitan. Salgo del agua y todas me rodean. Miro de reojo a Monique que me mira con furia, no le ha gustado que le ganara. Después de todas la felicitaciones vamos a los vestuarios, nos duchamos y nos cambiamos. Cuando acabo salgo y me encuentro al director.
-Señor Adams. ¿Sucede algo?
-Señorita Johnson, la estaba esperando...- Lo miro extrañada y me responde con una mirada que no acabo de entender- Su compañera, la señorita Lawrence está en la enfermería, supuse que querría saberlo...
Antes de que terminara la frase ya corría hacia la enfermería.
-¡Bibi!- Grito al entrar.
-¡Shhh!- Me giro y veo a un chico, con el cabello de color miel precioso -No grites, que está dormida.
-¿Quien eres?- Pregunto confundida, ¿Que hace un chico en la enfermería femenina, y con Bibi?
-Voy al club de boxeo con Bibi...
-Bibiana, Bibi es solo para sus amigos.- Le respondo algo brusca.
-De acuerdo... Voy al club con Bibiana. Fui yo quien la trajo.
-¿Que ha pasado?
-Uno del club la ha retado y han luchado, tu amiga ha ganado, pero ha salido mal parada...
-¿Es grave?
-No, tranquila,  con un poco de reposo se pondrá bien.
-Gracias, por traerla y... siento haberte hablado así antes...
-No importa.- dice sonriendo.- Soy Andrew, por cierto.
-Noa
-Encantado Noa, voy a tomar un rato el aire.
-Sí, yo me quedo con ella.
Cuando Andrew sale por la puerta me siento en una silla al lado de Bibi. Me quedo así un buen rato, esperando a que despierte, pero no lo hace. Entonces entra Andrew.
-¿Aún sigue igual?- Asiento, un poco somnolienta. Después de piscina estoy muerta, es tarde y no me aguanto en pie.
-Deberías irte a dormir, llevas mucho rato aquí.- me dice él.
-No tranquilo, estoy bien...
-No creo que se despierte, me quedaré yo esta noche.
-¿Si despierta me podrías llamar?                    
-Si, claro. Dame tu numero y te aviso.- Le doy mi numero de movil, el me da el suyo para que sepa que es él si llama.
-Gracias, buenas noches.
-Buenas noches.
Echo un último vistazo a Bib, que sigue dormida y me voy. Llego a mi habitación a rastras, me cambio como puedo, me meto en la cama y a los segundos me quedo dormida.

***
Tres meses, una semana y cuatro días. El tiempo aquí pasa igual de lento que siempre. No se que hacer en todo el día, me peino, doy vueltas, pienso... bueno, las voces piensan por mí. Todo el rato dicen lo mismo, mi nombre, mi dirección... supongo que es para no olvidar. Hoy me han dicho algo distinto, un nombre de un chico pero la verdad no lo recuerdo. Luego han venido algunas imágenes suyas, castaño con ojos azules. Solo recuerdo eso.
Aparte de lo de las voces me ha parecido que han traído a otra chica, ya que he escuchado su voz chillando. De repente se ha callado, le habrán administrado algo para calmarse como me hicieron a mí.

***

No paro de escuchar gente que me llama, pero yo no veo a nadie. Siento como me mueven, noto un pinchazo y me despierto. A mi izquierda la doctora me mira fijamente.
- ¿Qué pasa? - Aún estoy confundida.
- ¿No recuerdas nada? - A mi derecha un chico me empieza hablar, su cara me suena de algo.
- No... ¿Quién eres?
- Señorita Lawrence no se incorpore tanto, aún está muy reciente y no queremos que se vuelva a desmayar.
- ¿Pero qué ha pasado? - No entiendo nada de nada.
- Tuviste una pelea con un chico en el club de boxeo, ¿recuerdas? De repente empezaste a toser sangre y te desmayaste, llevas desde ayer por la tarde dormida. - Recuerdo algo.. ¡Sí! Como olvidarlo... - ¿Cómo te encuentras?
- Bien... Confusa, pero bien... Por cierto, ¿quién eres tú?
- Señorita este chico la trajo desde el gimnasio masculino hasta aquí en brazos y se ha quedado toda la noche sentado en esta silla para ver si despertaba.
- ¿En serio? Vaya muchas gracias... esto... ¿tu nombre? - No puedo creer que un chico haya hecho esto por mí.
- Andrew Black.
- Muchas gracias, de verdad, soy... - Antes de terminar la frase el responde.
- Bibiana Lawrence, lo escuché en clase de boxeo.
- Sí... - Esto es increíble, un chico guapo ha estado toda la noche a mi lado y se ha fijado en mi nombre. Al fin y al cabo esto de que me desmayara tiene su lado positivo.
- ¡Ah! Se me olvidaba, tengo que avisar a tu amiga.
- ¿Noa?
- Sí, vino por la noche pero estaba muy cansada y le dije que se fuera a dormir.
- Oye... ¿Podría pedirte un favor? ¿Podrías ir a buscarla? Siento molestarte tanto, si dices que no lo entenderé.
- No, tranquila, la avisaré, no te preocupes que no es ninguna molestia. Ahora vuelvo, tu descansa.
Esto tiene que ser un sueño... Pero no quiero despertar. En estos momentos no se porque pero soy muy feliz de que alguien se haya preocupado por mi.

***

Ya han pasado tres días desde lo de Bibi, por fin estamos en fin de semana.
Mi segunda clase de natación fue igual o mejor que la primera, volví a ganar. En cambio Bib no ha podido ir a boxeo ya que la doctora Robins le ha dicho que repose hasta la semana que viene. Debo admitir que desde que salió de la enfermería ha estado muy rara, como ausente, pero muy feliz y me alegro por ella. Supongo que eso de que Andrew la llevara a la enfermería le hizo pensar que es un buen chico.
Hablando de chicos, me he encontrado un par de veces más con aquel maleducado sobre el que caí hace tiempo. Cada vez que nos miramos es como si nos fulmináramos con un rayo y no termino de entender porqué, ya que solo fue un pequeño golpe. Es como si me odiara, pero no entiendo por qué, ni siquiera nos conocemos.
Como es Sábado y no hay nada que hacer, porque casi nadie se queda los fines de semana en el instituto, Bibi y yo hemos decidido ayudar en todo lo que se refiere a jardinería y ahora mismo nos dirigimos a pedirle la llave del sótano a director para coger las cosas.

***

Llevo unos cuatro o cinco días en esta ciudad y la verdad no han sido muy agradables. Primero porque el apartamento que he alquilado huele fatal y los vecinos son muy escandalosos. Segundo, porque no me dejan ingresar en Aylan College hasta que no haga toda la transferencia. Aunque lo peor de todo no ha sido eso...
Era jueves y hacía mucha calor. No tenía nada que hacer así que decidí visitar mi próximo colegio y de paso a mi mejor amiga. Cuando llegué me quedé sin palabras, aquel instituto era enorme y las instalaciones increíbles. Lo único que no me gustó fue que los chicos y las chicas estaban separados y de esa manera yo no podría encontrarla de ninguna manera... Pero mis esperanzas aumentaron cuando la vi en el jardín, ¡no me lo podía creer! Sin dudarlo un segundo me acerque a ella para darle una sorpresa.
- ¡Evelin! ¡Evelin!- había una verja entre nosotros. - ¡Evelin estoy aquí!
- … - Se quedó sin contestar, ni siquiera se acercó a mirarme.
- ¿Te acuerdas de mi? - No entendía nada.
- ¿Quién eres? - No me lo creía, de verdad no se acordaba.
- Soy yo, Austyn.
- No conozco a ningún Austyn, te habrás confundido.
Su fría mirada se clavó en la mía, se giró y se fue como si nada. Noté como el corazón se me partía en pedazos.
Ahora estoy sentado intentando averiguar porqué la chica en que más he confiado no se acuerda de mi y es muy doloroso...

***
Noa y yo acabamos de llegar a la sala del director.
- Buenos días señoritas, ¿qué hacen ustedes por aquí?
- Director Adams, ¿nos podría prestar la llave del sótano?
- ¿Cómo? ¿La llave del sótano? ¿Para qué la quieren ustedes? - Parece un poco extrañado.
- Pues verá... - Noa es muy cortada para hablar así que decido explicarlo yo. - Como no tenemos nada que hacer hemos decidido ayudar a arreglar los jardines y necesitamos el material del sótano.
- Bien, si es por eso ahora mismo le digo a alguien que les traiga todo.
- No se preocupe, podemos ir nosotras.
- Tranquilas, no es molestia, pero si hace falta iré yo personalmente ya que es mi faena como director.
- Pero señor Adams, de verdad que no nos molesta ir... - Noa parece bastante desconfiada y preocupada, se siente insegura al hablar.
- Señorita Johnson no insista más, iré yo al sótano. - No entiendo porqué el director insiste tanto en no dejarnos ir al sótano, es como si allí hubiera algo que no quiere que nadie vea...
- Oiga señor director, bajaremos nosotras ya que es nuestro deber como alumnas y es un trabajo voluntario. Además usted tiene que quedarse aquí por si surge algún problema en el colegio.
- Si insisten tanto les daré la llave, pero solo cogan lo necesário y cierren rápido por favor.
- ¡Entendido! - Respondemos a la vez.
En cuanto cogemos la llave vamos hacia el sótano. Por el camino nos encontramos a Andrew. Al verlo me da mucha alegría.
- ¡Bibiana! - Dice él con una gran sonrisa en la cara.
- ¡Andrew! - Respondo con un poco de vergüenza.
- Hola Black. - Noa y Andrew siempre se llaman por el apellido, como muestra de amistat supongo
- Hola Johnson. ¿Qué hacéis por aquí chicas?
- Vamos hacia el sótano para coger las herramientas de jardinería, ¿y tu?
- Estaba buscando al director, me han dicho que estaba en esta parte del instituto. A propósito, ¿cómo te encuentras?
- Bien, gracias por preguntar. La semana que viene ya volveré al club, no os librareis de mi tan facilmente. - Cuando digo eso me empiezo a reír y él se contagia.
- Bueno chicas me tengo que ir, tener cuidado. Te veo en boxeo Bibiana. - Inesperadamente me guiña el ojo.
- ¡Claro! ¡Adiós Andrew!
- Hasta pronto Black.
En cuanto lo pierdo de vista Noa me da un codazo. Al principio no entiendo porqué pero cuando me sonríe las piezas empiezan a encajar.
- “Te veo en boxeo Bibiana”. - Dice en plan burla.
- Oye que solo ha intentado ser simpático.
- Claro, eso es lo que tu crees. Le gustas.
- ¿Qué? Estas loca... - Me sonrojo.
- Vamos hasta tu lo crees.
- No... ¿Por qué iba a gustarle yo?
- Eres guapa, lista y fuerte. Se pasó una noche entera a tu lado hasta que te recuperaste, ¿qué más pruebas quieres?
- Eso no tiene nada que ver... - Sí,sí que tiene que ver.- Además, ¡casi no nos conocemos!
- Todo el mundo con solo mirarte sabe que eres buena persona, y no solo eso, él también te gusta, ¿a qué sí?
- Mira, ya hemos llegado. - Por suerte para mi hemos llegado al sótano antes de contestar.
Abro la puerta. Entramos y empezamos a coger lo necesario, tal como dijo el director. De repente Noa se tropieza y cae encima de una sábana que a la vez cae y deja una puerta a la vista.
- ¿Estas bien?
- Si... Un poco dolorida.
- Tu como siempre tan torpe. - Nos empezamos a reír.
- Bibi, ¿qué es esa puerta?
- No lo se... nunca la había visto. Oye... ¿La abrimos? Tenemos llaves.
- Pero el director dijo...
- Ya lo sé, pero no tiene porqué enterarse.
- De acuerdo... Pero si pasa algo...
- Tranquila, diré que la culpa es mía.
- Está bien...
- Allá vamos.